Autor: Shel Silverstein
Género: Cuento Filosófico - Literatura Infantil
Año de publicación: 1964
Editorial: Harper & Brothers
ISBN: 9788497890969
En una sociedad distópica dominada por animales, Rebelión en la granja narra la revolución de los oprimidos contra sus opresores, solo para revelar cómo el poder corrompe inevitablemente.
Había una vez un árbol que amaba a un niño. Cada día, el niño venía y recogía sus hojas, las convertía en coronas y jugaban a ser reyes del bosque. El niño trepaba por su tronco, se columpiaba de sus ramas, y comía sus manzanas. El árbol era feliz.
Con el paso de los años, el niño fue creciendo. Ya no venía tan seguido como antes, y el árbol se sentía solo. Un día, el niño regresó, y el árbol lo invitó a jugar, pero él ya no quería jugar. Quería dinero. Entonces el árbol le ofreció sus manzanas para que las vendiera en el mercado. El niño tomó las manzanas y se fue, y el árbol fue feliz.
Pasó mucho tiempo, y el niño volvió a ser un joven. El árbol se alegró y le propuso jugar de nuevo, pero el joven quería una casa. El árbol entonces le ofreció sus ramas para que pudiera construir una. El joven las cortó todas y se fue. El árbol fue feliz, aunque un poco más vacío.
Muchos años después, el hombre volvió. Ya era un adulto y se veía cansado. El árbol le ofreció jugar, pero él quería un bote para escapar de su vida. Entonces el árbol le ofreció su tronco. El hombre cortó el tronco y construyó un bote. Se alejó por el mar, y el árbol fue feliz, pero no del todo.
Pasaron muchas estaciones. El árbol, ahora solo un tocón, se sintió viejo y triste. Un día, el niño regresó, aunque ya no era niño, sino un anciano. El árbol le dijo que ya no tenía nada que ofrecer: ni manzanas, ni ramas, ni tronco. Pero el anciano le respondió que ya no necesitaba nada, solo un lugar donde sentarse a descansar.
Entonces el árbol, que era solo un tocón, se enderezó con orgullo. Porque eso sí podía ofrecer: un lugar para sentarse. Y el árbol fue feliz.
El árbol: Representa el amor incondicional, el sacrificio y la generosidad sin límites. Es figura central del cuento.
El niño: Comienza como un niño alegre que juega con el árbol, pero con los años se convierte en un adulto que exige más de la vida y del árbol.
El anciano: Representa al niño en su última etapa de vida, cansado y reflexivo.
Lugar físico: Un bosque o jardín donde crece el árbol. No se especifica el lugar exacto, lo que permite que la historia tenga un carácter universal.
Tiempo histórico: Indefinido, atemporal. Representa el ciclo de la vida humana desde la infancia hasta la vejez.
El árbol generoso es una metáfora sobre el amor incondicional, en especial el amor parental, la entrega desinteresada y el paso del tiempo. El árbol representa a una figura cuidadora que da todo de sí, incluso cuando ya no le queda nada. El niño, que crece y cambia, simboliza las etapas de la vida humana, la búsqueda constante de satisfacción y el olvido de lo esencial.
La historia puede generar distintas interpretaciones según la edad: para los niños, es una historia de amistad y generosidad; para los adultos, una reflexión sobre el egoísmo, la gratitud, el sacrificio y el sentido de dar. El libro ha sido tema de debate: ¿es un modelo de amor saludable o de dependencia? Sea cual sea la lectura, su poder reside en generar conversación y empatía.
Cortometraje animado (1973), narrado por el propio autor
Versiones en teatro escolar y musicalizadas